María José Ospina López
Pontificia Universidad Javeriana
Asignatura Información y
Documentación
Martes y Jueves 4-6 p.m
Reflexión
tema semanal
¿Nativos
digitales?
Sentarse a
reflexionar acerca de la tecnología y la información parece una tarea fácil, aunque
este muy lejos de serlo. A pesar de que son palabras utilizadas todos los días
y las cuales hacen parte de nuestra realidad, muchas veces no podemos definirlas
de una sola manera y la tarea se vuelve cada vez más difícil dada su constante
transformación. Teniendo en cuenta lo anterior, suena lógico pensar “Información
y documentación” como una materia gratamente interesante, sobretodo cuando te
das cuenta que va más allá de enseñarte cómo buscar en una base de datos o cómo
hacer un resumen. Inclusive nisiquiera cuando se muestra el plan de clases se
llega a pensar en los temas dados a tratar y a discutir en las clases. Terminar
el día hablando de cómo tu último “tuit” puede costarte tu futuro trabajo, no
es algo esperado aunque absolutamente enriquecedor. Se nos olvida qué estamos arriesgando
de acuerdo a la manera en la cual usamos ciertas plataformas.
Pero no
todo está en los riesgos, y eso es algo que aprendemos con cada una de las
lecturas. Mientras vamos leyendo, vamos entendiendo cómo no solo ignoramos la
tecnología como riesgo sino también como recurso. Creemos conocerla y dominarla
mucho más de lo que en realidad lo hacemos, sobretodo en torno a la educación
(el tema de interés en estas primeras lecturas). Nos llamamos “nativos digitales”
por el hecho de nacer en una era donde todo evoluciona alrededor de internet
pero dejamos de lado la competencia cognitiva e informacional para saber
utilizar esa información a la cual nos vemos expuestos día a día. Hay una
brecha digital cuya superación se hace necesaria para la construcción social de
conocimiento, donde todos podamos aportar a nuestra realidad social vigente.
Nos hace falta aprender de lo digital.
Encontramos
muchos conceptos para definirnos y es un hecho nuestra afinidad por lo tecnológico,
pero la cuestión está en qué tanto las conocemos y qué tanto las utilizamos
cuando de educación se trata. Hay múltiples teorías por cuestionar, hay
suposiciones que quedan por comprobar. ¿Acaso por ser nativos digitales no
necesitamos ser formados en lo digital? ¿Será posible una generación de
autoeducadores? ¿Basta con tener cierta sensibilidad con lo digital para
comprenderlo? Son preguntas poco comunes en nuestra cotidianidad y las cuales
explican ciertas lógicas sociales vigentes.
A veces es
más fácil saltar a conclusiones acerca de suposiciones aparentemente obvias que
encontrar relaciones reales y vigentes entre lo expuesto. El hecho de tener
mejor disposición para manipular la tecnología no nos hace más hábiles en
cuanto a la academia. Lo digital también debe ser estudiado y entrenado, independientemente
si los fines son académicos o sociales. El problema está, en la sociedad
actual, la de la inmediatez, donde buscamos una respuesta fácil e inmediata,
donde la respuesta de la pregunta que ingresamos a Google la mayoría de veces
se da en el primer link mostrado. Nos conformamos con facilidad y muchas veces
por eso sacrificamos la calidad de los resultados.
Ahora bien,
la falta de responsabilidad no se da exclusivamente desde la educación, como ya
se mencionó anteriormente. Aquí también entran a jugar las redes sociales como
el principal mecanismo de enganche en la actualidad en cuanto a los jóvenes y
la web. Ahora nuestros sistemas de interacción social se encuentran trasladados
a la tecnología, a la máquina. Y es así como cada vez le damos más y más a lo
digital perdiendo el control de lo entregado. Surge una relación de poder
desconocida donde sin duda alguna ganaría lo digital. Es interesante pensar,
como lo hicimos en un debate de clase, qué tanto conocemos de las redes
sociales usadas todos los días, cuántas personas se toman el trabajo de leer
los términos y condiciones que aceptamos una vez ingresamos a las mismas, ¿somos
conscientes de estar entregando toda nuestra información a un programa?
La idea
aquí, no es satanizar los medios ni la tecnología, está lejos de eso. Se trata
de ser conscientes de lo que estamos haciendo, compartiendo y buscando. Al fin
y al cabo es un mundo vigente aparentemente imposible de frenar. El cambio está,
en aprender de él para de esta manera no perder el control absoluto del mismo.
Saber que si vamos a autopublicar un libro debemos tener el doble de cuidado
que cuando pasa por una editorial porque se trata de un contenido donde cada
uno es su propio filtro, y el cual una vez esté en la web no podrá ser
eliminado por completo de ahí. En un segundo alguien más lo pudo copiar y pegar
o replicar, si no es que entre los términos y condiciones de la plataforma no
estaba estipulado que al publicarlo el contenido comienza a ser propiedad de
ellos.
Es por esto
que la invitación está en conocer los medios que usamos y ser cuidadosos con
todo lo que compartimos día a día, no es lo mismo borrar una foto de Facebook a
borrarla permanentemente de la web, no tendría coherencia ser atea y reprochar
a Dios en todas tus redes sociales para luego aplicar a un trabajo en una
iglesia. La información cada vez se hace más pública en la red y en muchas
ocasiones la sostenibilidad de los medios se deriva en el intercambio de
información que estos le permiten, información que tu (sin ser consciente de
eso) les “regalaste” en un solo click.
Ojalá nunca
se nos olvide que detrás de cada pantalla hay una persona real, que cada
comentario y cada like puede ser rastreado. Internet no puede ser utilizado con
una máscara donde creamos un mundo virtual ajeno al real. Compartamos
unicamente aquello en lo que creemos y de lo que estamos seguros, seamos
coherente. No perdamos la formalidad en los correos de la empresa o la
universidad, que nunca se nos olvide la netiqueta. Algo tan simple como la
firma al final de un correo electrónico puede cambiar toda una percepción ajena.
No confundamos el jefe con un amigo solo por tenerlo en Whatsapp. Cuidemos nuestras relaciones sociales y
dejemos de trasladarlas cada vez más a lo virtual. Apropiémonos de la
información, busquemos a fondo y no nos conformemos con el primer link (que
muchas veces es Wikipedia). Volvamos lo digital una responsabilidad de todos.
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